Emprender va más allá de crear un negocio y vivir de él, sino que se necesita que este se desarrolle, genere empleo de calidad y siga creciendo para volverse sustentable. Por ello, ya no bastan las buenas ideas y una correcta administración de ese nuevo negocio, pues, fortalecer la confianza, la autonomía y la responsabilidad, se convierte en algo esencial al momento de buscar el éxito.
Por lo mismo, el líder empresarial debe tomar el control en su proyecto, de tal manera que, mida y corrija su desempeño no solo a nivel personal y comercial, sino que además, interpersonal. Pues, ya no basta con decirle a su equipo de trabajo qué hacer y qué no; una característica, a veces, exclusiva de los gerentes. Su liderazgo debe ser capaz de alentar y darles seguridad a sus trabajadores para que, en ocasiones, cuando él no esté, ellos puedan ser también, líderes y capaces de tomar decisiones.
Así bien, el empoderamiento vendría a generar un cambio proporcional a la estructura organizacional. Un nuevo desafío que busca potenciar todas las habilidades de las personas y, a su vez, ir generando más de un liderazgo al interior de la compañía. Pues, es un aumento a la creencia en sí mismo es el resultado a un negocio más exitoso y autónomo.
Sin duda, el emprendedor debe optar por esta nueva filosofía de dar poder. De tal forma que, sus trabajadores se sentirían más valorados, útiles y reconocidos, e, incluso, motivados. Con ello, se aprovecharían, aún más, las competencias de cada uno, es decir, se mejoraría la productividad del negocio.
En efecto, este escenario permitiría expandir las relaciones dentro de la empresa, ya que los demás obtendrían la aprobación de su superior al momento de tomar acciones; una mayor confianza y libertad.